domingo, octubre 08, 2006

SIN EDUCACIÓN NO HAY PARAISO





Es impresionante el éxito que pueden alcanzar series de televisión tan polémicas como “Sin tetas no hay paraíso”; y es que no puede ser de otra forma, ya que éstas tienen un impacto social trascendente e intentan entregar un mensaje al espectador y traer consigo un sinnúmero de enseñanzas. Aún más, cuando se trata de temas tan cruciales y delicados, como lo son la prostitución y el narcotráfico, y que son pan de cada día en una sociedad Colombiana que no encuentra oportunidades. Pero, ¿será que en realidad son convenientes este tipo de producciones televisivas? ¿Será que realmente el mensaje que se quiere emitir, es recibido de la manera adecuada?


Nuestro país, agobiado por la corrupción, principal dificultad de estas tierras tercermundistas; está plagado de problemas sociales, más aún cuando la educación y la salud han dejado de ser un derecho y se han convertido en un privilegio de unos pocos.
Teniendo en cuenta esta premisa, y asociándola con el tema de la televisión, es sensato preguntar, ¿será que ésta llega a personas lo suficientemente cultas e instruidas?, las cuales puedan asimilar de la manera correcta los mensajes y enseñanzas que en teoría debieren percibir; o en cambio existe una interpretación literal de los hechos que en determinados programas pueden exhibirse.


La respuesta sin duda es negativa. Hoy en día la televisión llega a todos los estratos sociales, y no existe forma alguna de restringir quiénes la pueden ver; mucho menos si se trata del control que los padres puedan tener sobre sus hijos menores. Es allí entonces donde se tergiversan y se desvían las enseñanzas que una serie como “Sin tetas no hay paraíso” puedan tener; debido a que ésta debería ser vista únicamente por personas adultas, y lo que es más importante, con un grado de educación mínimo como para entender, más que un mensaje explícito, el sinfín de mensajes implícitos existentes dentro de programas de televisión que trata temas tan delicados.


Aquí no acaba el problema. Debido al impacto social que trae consigo dicha serie de televisión, y gracias a esa gran cantidad de malas interpretaciones, ahora todo se deriva en el conflicto encontrado al todo esto convertirse en una moda. Y es este el punto cumbre donde las personas se olvidan del significado verdadero de las cosas. Hoy en día es fácil encontrar a una mujer llena de complejos al no tener grandes pechos. O quizá más de una estará pensando en que ha encontrado una forma más fácil de enriquecerse: otras pensaran en cambio en el éxito que podrían tener si tuviesen mejores atributos físicos; o aún más grave, cuántas no se hallaran al borde del suicidio.


Aunque suene trágica la situación y un poco escandalosa; es certero afirmar que no podría ser de otra manera, sobre todo cuando los mismos medios de comunicación se han encargado de difundir este tipo de pensamientos. Es increíble encontrar emisoras de radio y discotecas que tratando de ganar adeptos, y apoyados en esta estúpida moda, realizan concursos y rifas donde el premio es una cirugía estética. Ellos se han encargado de recrudecer las cosas y de disuadir el mensaje que en realidad tendría que llegar a las personas.


Es increíble que una serie de tales magnitudes y de tanta incidencia social, la cual debería ser tratada desde la total seriedad, cuente con una parodia propia donde se ridiculiza a ella misma, y con la cual se logra hacer olvidar los verdaderos problemas tratados en tan interesante obra literaria y el mensaje educativo que ésta trae implícito. Es aquí donde se muestra la manera equívoca e insensata como ha sido llevada a la televisión, así como la falta de seriedad y responsabilidad con la cual el mismo Canal Caracol ha tratado el tema; llevado por una patética avaricia y escudado justamente en la excusa de llevar a la sociedad una ilustración de los problemas que traen consigo la prostitución y el narcotráfico, y conseguir crear conciencia social. No les importó empezar a presentar dicha serie en horario familiar, y de crear la parodia antes nombrada; ¿acaso no asumieron un compromiso con el autor del libro y con la misma sociedad colombiana?


Será por eso que ésta es una obra literaria, a la cual acceden personas educadas y cultas; y grave error cometió su autor en vender sus derechos y en permitir tan perjudicial adaptación televisiva. El productor de dicha serie dice que su mayor anhelo es que por lo menos una de cada cinco mujeres que vean la serie, se den cuenta del mensaje allí mostrado. Yo diría que las otras cuatro, dicho en un lenguaje popular, “Se habrán comido el cuento” y estarán dispuestas a hacer parte del negocio de la prostitución.


Lastimosamente no se supo diseñar la forma de hacer llegar el mensaje a una sociedad atropellada por la violencia y el desempleo, y la cual en su mayoría, no cuenta con el nivel de educación suficiente para asimilar e interpretar correctamente este tipo de producciones de televisión, sobre todo teniendo en cuenta lo que están acostumbradas a ver.


Es preciso afirmar, sin educación no hay paraíso, si la tuviéramos allí viviríamos.


POR:MARIO ALEJANDRO ARANGO HERNANDEZ
Estudiante de 2º semestre de Ingeniería de Sistemas
U.T.P.
alejandroarango03@hotmail.com

No hay comentarios.: