jueves, septiembre 28, 2006

UN ESPACIO PARA LA LITERATURA...

UNA GRAN PÉRDIDA PARA EL PERIODISMO Y LA LITERATURA.





El pasado 15 de septiembre falleció en la ciudad de Florencia una de las más importantes periodistas de los últimos tiempos, la italiana Oriana Fallaci a causa de un cáncer de seno.

El salmón no podía quedarse sin recordar a una de las figuras más importantes en el periodismo mundial y una de las grandes críticas del “Poder” y en sus últimos años de su vida del mismo “Islam”.

En una de sus principales obras titulada “Entrevista con la historia”, Fallaci se propone obtener un testimonio directo sobre veintiséis personajes políticos de la historia contemporánea, (Henry Kissinger, Nguyen Van Thie, Golda Meir, Indira Ghandhi, Yasser Arafat), para responderse preguntas como, “¿La historia está hecha por todos o por unos pocos?, ¿Depende de mil leyes universales o solamente de algunos individuos” y además manifestar su total oposición al poder desde la dedicatoria del libro, (“A todos aquellos que no gustan del poder…) hasta su última palabra.

Para terminar este corto homenaje dejaremos unas palabras de odio al poder de la desaparecida pero recordada Miss Fallaci:

“No consigo prescindir de la idea de que nuestra existencia dependa de unos pocos, de los hermosos sueños o de los caprichos de unos pocos, de la iniciativa o de la arbitrariedad de unos pocos. De estos pocos que, a través de de las ideas, los descubrimientos, las revoluciones, las guerras, tal vez de un simple gesto, el asesinato de un tirano, cambian el curso de las cosas y el destino de la mayoría (…)

Quizá porque no comprendo el poder, el mecanismo por el cual un hombre o mujer se sienten investidos o se ven investidos del derecho de mandar sobre los demás y de castigarles si no obedecen. Venga de un soberano despótico o de un presidente electo, de un general asesino o de un líder venerado, veo el poder como un fenómeno inhumano y odioso. Me equivocaré, pero el paraíso terrenal no acabo el día que Adán y Eva fueron informados por Dios de que en adelante trabajarían con sudor y parirían con dolor. Terminó el día en que repararon en la existencia de un amo que les prohibía comer una manzana y, expulsados por una manzana, se pusieron al frente de una tribu y se les prohibió incluso comer carne el viernes.

De acuerdo, para vivir en grupo es necesaria una autoridad que gobierne, si no es el caos. Pero éste me parece el aspecto más trágico de la condición humana: tener necesidad de una autoridad que gobierne, de un jefe; la única cosa segura es que no se le puede controlar y que mata tu libertad. Peor: es la más amarga demostración de que la libertad no existe en absoluto, no ha existido nunca y no puede existir. Aunque hay que comportarse como si existiera y buscarla. Cueste lo que cueste.

Creo mi deber advertir al lector que estoy convencida de esto y del hecho que las manzanas nacen para ser cogidas, que la carne se puede comer incluso el viernes. Creo mi deber también recordarle que, en la misma medida que no comprendo el poder, comprendo a quien se opone al poder, quien censura el poder, quien replica el poder, sobre todo a quien se revela contra el poder impuesto por la brutalidad. La desobediencia hacia los prepotentes la he considerado siempre como el único modo de usar el milagro de haber nacido (…)”


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martes, septiembre 26, 2006

UN ESPACIO PARA LA POESIA


El siguiente es un fragmento del poeta bogotano José Manuel Marroquín, que en palabras de Gabriel Garcia Márquez es "un disparate genial". Esperamos que lo disfruten.


"Ahora que los ladros perran, ahora que los cantos gallan,
ahora que albando la toca las altas suenas campanan,
y que los rebuznos burran y que los gorjeos pájaran,
y que los silbos serenan y que los gruños marranan,
y que la aurorada rosa los extensos doros campa,
perlando líquidas viertas cual yo lágrimo derramas,
y friando de tirito si bien el abrasa almada,
vengo a suspirar mis lanzos ventano de tus debajas"


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domingo, septiembre 24, 2006

EDITORIAL

"LA FALACIA DEL IMPERIO DE LA LEY"
No es fácil para un colombiano corriente entender cual es el actuar de nuestra justicia, es más ni siquiera los estudiosos del tema a veces lo entienden. Las decisiones de nuestros jueces a veces pueden parecer un hermoso tratado de derecho, con latinajos y argumentaciones perfectas, pero son tan injustas. El derecho es una ciencia social, es una creación humana para permitir la convivencia pacífica de la sociedad.


Lastimosamente en una sociedad supuestamente moderna vemos como la ciencia jurídica se encuentran encerrada en un mundo de mentiras, pareciera como si el derecho se hubiera ido a otro planeta a burlarse de los pobres humanos. ¿Por qué esta sucediendo esto? La respuesta es demasiado simple, porque a los que hacen las leyes y a los que las aplican se les olvido entender que el fin del derecho es la justicia y no el imperio de la ley. Bajo el imperio de la ley se comenten los grandes errores de la ciencia jurídica, es tan triste saber que una decisión judicial es perfecta para los ojos de la ley pero totalmente contraria a la realidad.


Pero a la hora de la verdad el problema no es tanto el imperio de la ley, es la ley misma. Si no me falla un poco la memoria o el conocimiento los juristas hacen esta ecuación mental: El pueblo escoge sus representantes, esos representantes “legitimados” por el pueblo hacen las leyes, por lo tanto el pueblo hace las leyes. Si Aristóteles viviera diría que este silogismo cumple con todas la reglas de la lógica pero también diría que es totalmente falso o ¿quién en este país cree que el Congreso de la República representa los intereses de los colombianos?




Si partimos de la base que la ley es hecha por un congreso que no tiene en cuenta las circunstancias reales de la sociedad sino que legisla para salvaguardar sus propios interés y el de unos pocos, como es posible que sigamos creyendo en el imperio de la ley, como es posible que sigamos pecando de formalistas y amparados en el principio de la legalidad desconozcamos nuestra realidad, o fue que se nos olvido que estamos en un Estado social de Derecho donde el operador jurídico debe tener en cuenta para la interpretación de la ley las fuentes materiales del derecho incluso por encima de las fuentes formales. Como es posible que sigamos aplicando el aforismo romano que reza “la ley es dura pero es la ley”, eso tenemos que desterrarlo de la ciencia jurídica moderna.


Tal vez pensarán los que leen este artículo que estoy apoyando el anarquismo jurídico y eso no es cierto. La seguridad jurídica es un valor muy importante dentro de un sistema jurídico pero amparados en ella no podemos desconocer los hechos. También quisiera aclarar que toda la culpa no recae sobre los funcionarios judiciales sino en un sistema injusto, triste y desnaturalizado, ya que éstos deben cumplir con los preceptos del imperio de la ley so pena de caer en la cárcel por prevaricar o de ser mal calificados por su superior si lo contradicen en sus decisiones, así la decisión que tomen sea la más justa.


Para terminar quisiera mencionar esta frase de Juan Legaz Lecambra, “el formalismo como actitud espiritual es una aberración cuando es el refugio o la fachada del escepticismo y la indiferencia ante los valores substanciales”.

Por: David Díaz Cano

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