domingo, abril 08, 2007

FEAR



Sin alejarnos de la filosofía, y sin pretender ser poseedores de supuestos categóricos absolutos, abordaremos hoy uno de los términos mas significativos desde el cual se sustenta, representa y enseña el conocimiento, la cultura, y todo a lo que a la humana existencia se refiere.



Hablo de lo que hablo y con lo que hablo.
Del Contenido de las Palabras.



La palabra constituye en primer modelo simple que cumple la función vital y primaria de respuesta a lo que se le denomina como “realidad”. Es decir a través de sonidos guturales simples el infante manifiesta sus estados emocionales utilizando sonidos que traen consigo un contenido comprendido naturalmente por sus padres. Sucesivamente con el acercamiento que el desarrollo y crecimiento trae naturalmente a la especie, las palabras de forma obligatoria (a excepción de los infantes con retrazo o enfermedad) comienzan a llenarse de contenido, dichos contenidos son explícitos o implícitos.


Adherimos a Kant en el sentido en que gran parte de la problemática en el vivir humano, lo constituyen las diferencias en la comprensión del lenguaje, lo anterior solo en el contexto de la filosofía crítica, puesto que es imposible hasta ahora determinar hasta que punto todos los sujetos perciben la “realidad material” de un forma diferente, y más complejo aún determinar hasta que punto, son diferencias sustanciales o meramente formales.


El cuestionamiento a dejar es; si los acuerdos logrados por la ciencia, son acuerdos de tipo material sustentados por la lógica, dados a conocer por medio de la dialéctica y percibidos a través de los sentidos. ¿Cómo hacer para que en el campo de acción de la cotidianidad humana, los supuestos acordados por la ciencia no se devalúen para evitar caer en la falsedad de los mensajes intercambiados a través del lenguaje?


Como respuesta de lo anterior adhiero a las respuestas dadas por uno de los amantes de las letras.


Lo primero es llamar a las cosas por su nombre; es un gran paso. En el caso de nuestro idioma poseemos palabras con hasta 22 opciones de sinónimos, los extranjerismos solo deben ser utilizados en el contexto del tema que se está tocando, no están proscritos, pero si, en la medida de lo posible, no deben ser utilizados, no son propios de nuestro idioma.


Para terminar con esta levísima exposición sobre el contenido de la palabra, es importante recordar que no hay que darle más significado a las cosas que el que verdaderamente tienen, aunque al referirme a las cosas “objetos”, no hablo de ellas en sí, puesto que son insondables y complejos objetos de conocimiento. O ¿Cuánto no podríamos discutir sobre el contenido de mesa, tabla, profesor, educador, instructor, café, sierra o diseño?


No, cuando hablo de no darle más significado a las cosas del que realmente poseen, me refiero a la palabra que nomina el objeto y no al objeto en sí.


Bueno damas y caballeros para terminar (ahora sí), supongo que todos en casa tenemos un pequeño Larousse o cualquier librillo que haga de sus veces, reconciliémonos con el, y por favor, MÁS RESPETO POR LA PALABRA.

A otra cosa.

LAS TÍLDES NO ESTÁN PROSCRITAS CUANDO SE ESCRIBEN LAS PALABRAS EN MAYÚSCULA.


Por: MARISELA KALPA