“Cuando el representante es un hombre, el Estado es una monarquía Cuando es una asamblea de todos los que se unen, Entonces es una democracia, cuando es una asamblea. Compuesta solamente por una parte que se une, Es una aristocracia. No puede haber otra clase de Estado. Por que Es indispensable, que uno, más de uno O todos posean el soberano poder que es Indivisible, entero”
El Leviatán Thomas Hobbes
El Leviatán Thomas Hobbes
Es necesario para comprender la conformación del Estado moderno estudiar y analizar las concepciones de los autores que vienen desde las épocas Griegas empezando con las dilucidaciones de Platón, continuando con Aristóteles, hasta llegar a los autores de ideas absolutistas como Maquiavelo y Hobbes, los cuales aportaron al compendio de obras que fueron han sido y serán las grandes obras del pensamiento político de la humanidad, dentro de este pensamiento político es imposible pasar por alto el estudio profundo de ese ente soberano en algunas partes mas fuerte que en otras pero al fin al cabo absoluto y soberano, ese ente que hoy, siglos después conocemos bajo el nombre de Estado.
Para la existencia objetiva del estado fue necesario que el hombre saliera de ese estado de naturaleza, donde solo existen los derechos naturales o divinos, para llegar al Estado verdaderamente entendido, como esa posición civil donde crearíamos un derecho positivo con una autoridad solemne y soberana que se ubique por encima de las pasiones e impulsos instintivos que tanto caracterizan a los hombres.
Así dentro de ese ente concebido como un hombre superior por su fuerza y autoridad absoluta en la teoría hobbesiana, como un gran hombre conformado por muchos hombres pequeños en el cual de manera factible y profunda, se dan unas formas de gobierno. Para algunos autores estas formas de manejar al gran Leviatán (el Estado) se dividen en formas buenas y en formas malas o viciadas, ideas opuestas al pensamiento de Thomas Hobbes.
Interpretando el pensamiento de este autor nos damos cuenta que para el no existe distinción alguna de formas buenas o malas, por el contrario este plantea que es indispensable que el poder soberano sea absoluto y que si no lo es no es soberano, por ende se torna débil e inestable, susceptible de colapso en cualquier momento de su constitución.
Otro gran concepto en el que Hobbes marca la pauta es en el del manejo de la propiedad privada, que caso contrario a la idea de Bodino, que planteaba que las relaciones de los individuos en el aspecto económico deben estar reguladas por sus voluntades y que esta, (la propiedad) se constituye en un derecho en el que el soberano no puede intervenir, para el estas relaciones se dan fuera del contexto político del Estado. Idea que puede llegar a ser consecuente en el aspecto en el cual el Estado no puede intervenir en cosas demasiado intimas y personales como el que comer, el que comprar para vestir, en esas cosas simples sí diríamos que impera la voluntad de los civiles, pero toda esa libertad limitada del que escoger, se da dentro del Estado que es el ordenador por excelencia, llegando así al pensamiento de Hobbes que dice que el campo de las relaciones privadas se resuelven completamente en la esfera de las relaciones publicas, es decir, textualmente como lo plantea Bobbio, que las relaciones de dominio e intercambio que vinculan al soberano con los súbditos se dan dentro de el mismo Estado, no es posible que se den fuera de el, mientras que Bodino decía que estas relaciones se dan fuera de el (Estado), idea criticada porque solo el Estado puede definir mediante el uso de la fuerza y cobijado en la soberanía, que es de cada quien y así mismo dar limite al derecho del uso y disposición de la propiedad; es el entonces, el gran Leviathán el único legitimado para dirimir los conflictos entre los particulares.
En Hobbes encontramos un fenómeno particular, y es que en el se define una idea personalista que radica en que tan buenos o malos son los gobernantes, considerando así que son malos soberanos los que abusan del poder, aunque Bobbio se pronuncia también al respecto al plantear cuestionamientos que son
¿que se puede considerar abuso de poder ante un ente o Leviathán que lleva consigo un poder ilimitado?[1]
¿Acaso el administrar este ente no lleva en esencia cargar con la obligación de poder ilimitado?
Esta misma idea nos lleva de manera consecuente a pensar en cuales son esas formas de gobierno que conllevan al poder ilimitado y por ende a plantear otro cuestionamiento.
¿Cuales son realmente buenas o malas?
Difícil distinción y fácil aclaración del concepto para alguien como Hobbes al decir que los humanos con el lenguaje le ponemos nombre a las cosas de acuerdo a lo que vemos y pensamos de ellas, siendo así falsa la idea que la aristocracia degenera en oligarquía, que la monarquía degenera en tiranía, y que la democracia degenera en anarquía, plantea Hobbes que los contrastes que allí vemos, son diferentes palabras que denominan ideas personalistas de los que están y no están de acuerdo, confundiendo quizá, la forma de gobierno con la personalidad calida o malvada del que ejerce el poder soberano.
Si Hobbes fuera nuestro contemporáneo diría quizá que el capitalismo es también mercantilismo, denominando así ambas palabras al mismo sujeto, de acuerdo a los que están y nos están de acuerdo, pero en esencia es lo mismo lo que se nombra, así una parte quiera exaltar y la otra menoscavar.
Se tiene entonces que Thomas Hobbes, es considerado uno de los pensadores políticos mas importantes de la época moderna, incluso mas claro y expreso en sus acepciones que Hegel; Hobbes nos brindo también un concepto de justicia eso si enlazado a la respuesta de que es lo que justifica las guerras. Para algunos son las razones justas de una de las partes, lógicamente que para que exista guerra se necesitan dos partes (retadores y contrincantes), y ambos creen tener las razones suficientemente justas como para ser merecedores de una digna victoria; victoria según la cual Hobbes es la verdadera justificación de la guerra, pues esta es la que da a notar quien realmente era el poseedor de la razón y de la fuerza superior capaz de vencer al otro, es decir la causa justa.
Causa justa cobijada en tácticas y análisis de la guerra, que falacias o no todavía hoy las vemos funcionar en los estados modernos, pues los mas fuertes son en la actualidad los poseedores de la victoria, son victoriosos aquellos que después de ensangrentar la tierra hacen ver gloriosas las guerras, llenas de buenas intenciones y de bondad para así buscar la legitimación, legitimación que solo brinda el pueblo o en términos Hobbesianos los súbditos a través del acato de las ordenes o del respeto al poder soberano que representa el soberano.
Cambiarán entonces las armas, se modernizan las tácticas de la guerra, pero la búsqueda de la victoria, va acompañada intrínsecamente de la búsqueda de ese poder político, el mismo del que hablaba Hobbes. Así mismo los tiempos pasan, se pierden las guerras y la sangre en brumosas nubes de duda, pero la naturaleza humana sigue siendo la misma, más que racional, egoísta, ambiciosa, pasional.
[1] Planteamiento valido para el tipo de Estado al que se refiere Hobbes en su obra, puesto en el estado moderno las teorías de los Derechos fundamentales planteadas por los contemporáneos ubican al individuo y a su cúmulo de Derechos inalienables como fuente y razón de ser del ente Estatal, no el poder a razón del mismo poder.
Para la existencia objetiva del estado fue necesario que el hombre saliera de ese estado de naturaleza, donde solo existen los derechos naturales o divinos, para llegar al Estado verdaderamente entendido, como esa posición civil donde crearíamos un derecho positivo con una autoridad solemne y soberana que se ubique por encima de las pasiones e impulsos instintivos que tanto caracterizan a los hombres.
Así dentro de ese ente concebido como un hombre superior por su fuerza y autoridad absoluta en la teoría hobbesiana, como un gran hombre conformado por muchos hombres pequeños en el cual de manera factible y profunda, se dan unas formas de gobierno. Para algunos autores estas formas de manejar al gran Leviatán (el Estado) se dividen en formas buenas y en formas malas o viciadas, ideas opuestas al pensamiento de Thomas Hobbes.
Interpretando el pensamiento de este autor nos damos cuenta que para el no existe distinción alguna de formas buenas o malas, por el contrario este plantea que es indispensable que el poder soberano sea absoluto y que si no lo es no es soberano, por ende se torna débil e inestable, susceptible de colapso en cualquier momento de su constitución.
Otro gran concepto en el que Hobbes marca la pauta es en el del manejo de la propiedad privada, que caso contrario a la idea de Bodino, que planteaba que las relaciones de los individuos en el aspecto económico deben estar reguladas por sus voluntades y que esta, (la propiedad) se constituye en un derecho en el que el soberano no puede intervenir, para el estas relaciones se dan fuera del contexto político del Estado. Idea que puede llegar a ser consecuente en el aspecto en el cual el Estado no puede intervenir en cosas demasiado intimas y personales como el que comer, el que comprar para vestir, en esas cosas simples sí diríamos que impera la voluntad de los civiles, pero toda esa libertad limitada del que escoger, se da dentro del Estado que es el ordenador por excelencia, llegando así al pensamiento de Hobbes que dice que el campo de las relaciones privadas se resuelven completamente en la esfera de las relaciones publicas, es decir, textualmente como lo plantea Bobbio, que las relaciones de dominio e intercambio que vinculan al soberano con los súbditos se dan dentro de el mismo Estado, no es posible que se den fuera de el, mientras que Bodino decía que estas relaciones se dan fuera de el (Estado), idea criticada porque solo el Estado puede definir mediante el uso de la fuerza y cobijado en la soberanía, que es de cada quien y así mismo dar limite al derecho del uso y disposición de la propiedad; es el entonces, el gran Leviathán el único legitimado para dirimir los conflictos entre los particulares.
En Hobbes encontramos un fenómeno particular, y es que en el se define una idea personalista que radica en que tan buenos o malos son los gobernantes, considerando así que son malos soberanos los que abusan del poder, aunque Bobbio se pronuncia también al respecto al plantear cuestionamientos que son
¿que se puede considerar abuso de poder ante un ente o Leviathán que lleva consigo un poder ilimitado?[1]
¿Acaso el administrar este ente no lleva en esencia cargar con la obligación de poder ilimitado?
Esta misma idea nos lleva de manera consecuente a pensar en cuales son esas formas de gobierno que conllevan al poder ilimitado y por ende a plantear otro cuestionamiento.
¿Cuales son realmente buenas o malas?
Difícil distinción y fácil aclaración del concepto para alguien como Hobbes al decir que los humanos con el lenguaje le ponemos nombre a las cosas de acuerdo a lo que vemos y pensamos de ellas, siendo así falsa la idea que la aristocracia degenera en oligarquía, que la monarquía degenera en tiranía, y que la democracia degenera en anarquía, plantea Hobbes que los contrastes que allí vemos, son diferentes palabras que denominan ideas personalistas de los que están y no están de acuerdo, confundiendo quizá, la forma de gobierno con la personalidad calida o malvada del que ejerce el poder soberano.
Si Hobbes fuera nuestro contemporáneo diría quizá que el capitalismo es también mercantilismo, denominando así ambas palabras al mismo sujeto, de acuerdo a los que están y nos están de acuerdo, pero en esencia es lo mismo lo que se nombra, así una parte quiera exaltar y la otra menoscavar.
Se tiene entonces que Thomas Hobbes, es considerado uno de los pensadores políticos mas importantes de la época moderna, incluso mas claro y expreso en sus acepciones que Hegel; Hobbes nos brindo también un concepto de justicia eso si enlazado a la respuesta de que es lo que justifica las guerras. Para algunos son las razones justas de una de las partes, lógicamente que para que exista guerra se necesitan dos partes (retadores y contrincantes), y ambos creen tener las razones suficientemente justas como para ser merecedores de una digna victoria; victoria según la cual Hobbes es la verdadera justificación de la guerra, pues esta es la que da a notar quien realmente era el poseedor de la razón y de la fuerza superior capaz de vencer al otro, es decir la causa justa.
Causa justa cobijada en tácticas y análisis de la guerra, que falacias o no todavía hoy las vemos funcionar en los estados modernos, pues los mas fuertes son en la actualidad los poseedores de la victoria, son victoriosos aquellos que después de ensangrentar la tierra hacen ver gloriosas las guerras, llenas de buenas intenciones y de bondad para así buscar la legitimación, legitimación que solo brinda el pueblo o en términos Hobbesianos los súbditos a través del acato de las ordenes o del respeto al poder soberano que representa el soberano.
Cambiarán entonces las armas, se modernizan las tácticas de la guerra, pero la búsqueda de la victoria, va acompañada intrínsecamente de la búsqueda de ese poder político, el mismo del que hablaba Hobbes. Así mismo los tiempos pasan, se pierden las guerras y la sangre en brumosas nubes de duda, pero la naturaleza humana sigue siendo la misma, más que racional, egoísta, ambiciosa, pasional.
[1] Planteamiento valido para el tipo de Estado al que se refiere Hobbes en su obra, puesto en el estado moderno las teorías de los Derechos fundamentales planteadas por los contemporáneos ubican al individuo y a su cúmulo de Derechos inalienables como fuente y razón de ser del ente Estatal, no el poder a razón del mismo poder.
Por: MARICELA KALPA GOMÉZ (merwilb@hotmail.com)
Estudiante de segundo año de derecho de la Universidad Libre de Pereira.
2 comentarios:
Me parece muy interesante que en estos tiempos modernos, donde en ocasiones nos olvidamos por completo de la historia de la humanidad y de sus consecuencias en el tiempo presente, una estudiante de segundo año de derecho, se preocupe por motivar a los lectores de esta página y los lleve por el camino de la historia con los planteamientos profundos de los clásicos, clasificados por algunas generaciones de abogados como una parte de la formación jurídica a la cual no le han dado la importancia que tiene para poder entender las distintas posiciones que pueden asumir los gobernantes y que aunque no se quiera aún influye en la vida de todos los asociados.
Celebro entonces no sólo la creación de tan preciosa página sino que en su contenido se hubiera incluido el artículo referenciado, el cual es motivo de satisfacción para entender que los jóvenes aún se preocupan por temas tan importantes como los tratados.
Esta damita siempre ha sobresalido por su intelectualidad, el derecho es su campo y lo tiene bien definido, su primer artículo, es excelente, pero creo que apenas es el comienzo de una larga lista de trabajos. ! Bien por esa!......heoho
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