domingo, septiembre 24, 2006

EDITORIAL

"LA FALACIA DEL IMPERIO DE LA LEY"
No es fácil para un colombiano corriente entender cual es el actuar de nuestra justicia, es más ni siquiera los estudiosos del tema a veces lo entienden. Las decisiones de nuestros jueces a veces pueden parecer un hermoso tratado de derecho, con latinajos y argumentaciones perfectas, pero son tan injustas. El derecho es una ciencia social, es una creación humana para permitir la convivencia pacífica de la sociedad.


Lastimosamente en una sociedad supuestamente moderna vemos como la ciencia jurídica se encuentran encerrada en un mundo de mentiras, pareciera como si el derecho se hubiera ido a otro planeta a burlarse de los pobres humanos. ¿Por qué esta sucediendo esto? La respuesta es demasiado simple, porque a los que hacen las leyes y a los que las aplican se les olvido entender que el fin del derecho es la justicia y no el imperio de la ley. Bajo el imperio de la ley se comenten los grandes errores de la ciencia jurídica, es tan triste saber que una decisión judicial es perfecta para los ojos de la ley pero totalmente contraria a la realidad.


Pero a la hora de la verdad el problema no es tanto el imperio de la ley, es la ley misma. Si no me falla un poco la memoria o el conocimiento los juristas hacen esta ecuación mental: El pueblo escoge sus representantes, esos representantes “legitimados” por el pueblo hacen las leyes, por lo tanto el pueblo hace las leyes. Si Aristóteles viviera diría que este silogismo cumple con todas la reglas de la lógica pero también diría que es totalmente falso o ¿quién en este país cree que el Congreso de la República representa los intereses de los colombianos?




Si partimos de la base que la ley es hecha por un congreso que no tiene en cuenta las circunstancias reales de la sociedad sino que legisla para salvaguardar sus propios interés y el de unos pocos, como es posible que sigamos creyendo en el imperio de la ley, como es posible que sigamos pecando de formalistas y amparados en el principio de la legalidad desconozcamos nuestra realidad, o fue que se nos olvido que estamos en un Estado social de Derecho donde el operador jurídico debe tener en cuenta para la interpretación de la ley las fuentes materiales del derecho incluso por encima de las fuentes formales. Como es posible que sigamos aplicando el aforismo romano que reza “la ley es dura pero es la ley”, eso tenemos que desterrarlo de la ciencia jurídica moderna.


Tal vez pensarán los que leen este artículo que estoy apoyando el anarquismo jurídico y eso no es cierto. La seguridad jurídica es un valor muy importante dentro de un sistema jurídico pero amparados en ella no podemos desconocer los hechos. También quisiera aclarar que toda la culpa no recae sobre los funcionarios judiciales sino en un sistema injusto, triste y desnaturalizado, ya que éstos deben cumplir con los preceptos del imperio de la ley so pena de caer en la cárcel por prevaricar o de ser mal calificados por su superior si lo contradicen en sus decisiones, así la decisión que tomen sea la más justa.


Para terminar quisiera mencionar esta frase de Juan Legaz Lecambra, “el formalismo como actitud espiritual es una aberración cuando es el refugio o la fachada del escepticismo y la indiferencia ante los valores substanciales”.

Por: David Díaz Cano

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