miércoles, octubre 25, 2006

FLOTANDO

EL EFECTO ROBIN HOOD






Han cogido la cosa, y como dice el cronista, aquí en el país del sagrado corazón ya es prácticamente normal ver las cosas al revés, pero lo que en realidad me preocupa, más que la sorpresa, más que el efecto de ver la horrible realidad superar a la tibia y ya cada vez menos espeluznante ficción, es observar y hacerme a la idea de que la gente piense que cuando las cosas están patas arriba están en su estado natural.


Hoy más que la crítica, me mueve el deseo, y más que el deseo la necesidad de saber, si es que todos están locos, o si soy yo quien lo está, si todos están ciegos, y no queda por más decir que quieran estar ciegos, o si el que no logra aclarar la vista soy yo, y aunque un poco egoísta creo que esta empresa que emprendo, la han comenzado todos los que piensan, o que como yo han querido hacerlo después de salir de la caverna o como yo fisgonear un poco allí afuera y no ver esa platónica realidad de una belleza desbordante de primeras perfectas figuras que quisiéramos apreciar, sino encontrar las cosas bastante desordenadas, y un mundo ideal con daño de estomago.


A la altura de este párrafo se preguntaran, pero ¿Que quiere decir este remedo de escritor con efecto Robin hood?, y tendré que contestar que en la escasez de mi pluma no quise ir directo al punto pues quien leería una columna de un solo párrafo, pero como el preámbulo también agota, explicare lo que tan curioso título ha representado en mi mente, ya que graciosamente, y esto por no llorar, he percibido asombrado, como los bandidos de este país se han convertido en celebridades, además de una manera tan sutil que ganas en alguna ocasión no me han faltado de pedirles un autógrafo.


Pero recodemos un poco a este alegre personaje que alegra el título de este articulo con su famoso nombre, Robin (un nombre muy apropiado) robaba a los ricos para darle a los pobres, esto nos suena a todos no solo por conocer la historia, sino por haber vivido algo similar, donde roban a los pobres para darle a los ricos, pero igual el caso es que Robin, realidad o ficción ganó una fama colosal, con su magnánimo propósito, por el cual la gente le amaba.


Hoy en día alabamos a los señores Hood del presente, que roban, pero no solo roban, sino que matan, secuestran, trafican y muchas más, y no precisamente para darle a los pobres, definitivamente se nos embolató el concepto, el caso es que los colombianos nos acostumbramos a tener de santo al que consigue plata, y es muy común calificar de “berraco” al bellaco que a punta de engaños falsedades o lo que sea, vende su alma por una cadena de oro, o aquel que con violencia, fuerza, y dolo como diría la sabia ley, impone o busca sacar a flote sus ideas, y de igual forma en el mismo esfuerzo ganarse unos pesitos.

Solo para refrescar la memoria basta con recordar al señor Pablo Escobar, que con asesinatos, a bala, y a coca, inyectando veneno blanco acabo con tantos, para satisfacer sus ansias de dinero y de poder , y no deja de ser ídolo de esta nación, solo nos falta en este país ver el salón de la fama de los criminales y que les demos su premio, bueno igual eso ya esta pasando, con unos chicos estrellas conocidos como paramilitares que reinan hoy en día sobre grandes hectáreas de tierra, a lo mansión de Beverly Hills donde solían vivir nuestros olvidados desplazados, y por supuesto los grandes eventos, o a quien que sea alguien en este país no lo invitaron al la fiesta con bombos y platillos de la nueva estrella, y próximo prestante político el señor Salvatore Mancusso.


Mejor dicho tengamos cuidado con la creciente población de hombrecillos vestidos de verde que andan por este bosque, porque sino a este paso no estamos lejos de aplaudir y ver en la pantalla un protagónico de nuestra nueva gran estrella “don” Tiro fijo.


Por: Juan Alejandro Duque (jan_andro@hotmail.com)

domingo, octubre 22, 2006

TRES PUNTOS SUSPENSIVOS

Corea del Norte y el Consejo de Seguridad de la ONU










Es difícil aceptar que la humanidad en su ilusorio camino de progreso y adelanto, se dirige ciega y empecinadamente hacia la catástrofe y la aniquilación de la raza. Y en esta carrera hacia la nada, aparecen países salvadores que en su deseo de hacer el bien no se han dado cuenta de tanto mal que se filtra de sus banderas.


El pasado 9 de octubre de 2006, Corea del Norte realizó un ensayo nuclear, que estremeció la tierra y volcó los ojos del planeta hacia uno de los países más aislados del mismo. Corea del Norte había sido matriculado en el “Club de los países nucleares”, hecho aberrante y despreciable desde cualquier punto de vista, que aviva los conflictos de años pasados en esta región oriental y puede verse como una presión al mundo para que levanten las medidas que pesan sobre dicha nación o una muestra de poderío militar como en la época de la Guerra Fría.


Sin embargo no centraré mi discurso al tema de las armas nucleares de Corea dejando claro mi posición en contra.


He optado mejor por preguntarme: cuál será el grado de autoridad moral que pueden tener los cinco (05) estados permanentes que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU, encargado de mantener la paz y seguridad internacional, para proferir la resolución 1718, que declaró que las acciones norcoreanas plantean "una clara amenaza a la paz y seguridad internacional", en el entendido de que los cinco miembros permanentes de dicho Consejo, son precisamente las cinco potencias mundiales consideradas como nuclearmente armadas.


Para lo cual haré una síntesis de la relación entre cada uno de dichos estados con el desarrollo de las armas nucleares:


Estados Unidos: en 1945, arrojó dos bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, generando una reacción en cadena autosostenida que originó la liberación de una enorme cantidad de energía en un espacio de tiempo muy corto. Formándose una onda muy brillante que desprendió enorme calor y radiación térmica y una inmensa ráfaga de aire, originándose incendios y una vasta destrucción, muriendo casi instantáneamente 100.000 seres humanos. Sin contar con la radiación nuclear, que sigue actuando después de la explosión y es extremadamente dañina a todo ser viviente


La Federación Rusa (antigua URSS): que probó su primera arma nuclear (“Joe-1”) en 1949, en un proyecto desarrollado parcialmente con espionaje durante y después de la Segunda Guerra Mundial. La motivación directa para el desarrollo de las armas fue la Guerra Fría.


El Reino Unido: que probó su primera arma nuclear ("Hurricane") en 1952. Su programa fue motivado para tener una fuerza disuasiva independiente contra Rusia y además era relevante en la Europa de la Guerra Fría.
Francia: que probó su primera arma nuclear en 1960, también como forma de disuasión independiente y para tener relevancia en la Guerra Fría


La República Popular de China: que probó su primera arma nuclear en 1964, para sorpresa de las agencias de inteligencia occidentales.


Se concluye pues, que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, uno de los seis órganos principales de la ONU, no son países pacifistas, por el contrario son países belicosos, y que en virtud a la Carta de las Naciones Unidas, pueden aplicar acciones coactivas que pueden abarcar desde la imposición de sanciones económicas hasta medidas militares, en casos establecidos de agresión o violación de la paz.


De lo que se colige además, que ni Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia o China, tienen la más mínima autoridad para recriminar a otra nación por desarrollar armamento nuclear, ya que el uranio enriquecido colma sus bodegas y los misiles sus submarinos y portaviones. Tuviesen dicha autoridad si hubieran entendido desde hace mas de 60 años, cuando murieron tantos inocentes en Japón, que estas armas son una creación diabólica, que no traen soluciones sino destrucción y que terminarán con la raza tarde o temprano.


Finalmente quiero pensar que el no desarrollo de armamento nuclear de las demás 180 naciones que legitiman y dan autoridad a los 15 (quince) miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, no se debe simplemente a la falta de dinero o recursos, sino a que hemos entendido, quizás, por estar como espectadores, que estas no son armas de guerra sino los tiquetes hacia la hecatombe del tercer planeta en orden del sol.


Por Eduardo Londoño Rodriguez