domingo, octubre 08, 2006

EDITORIAL 8 DE OCTUBRE





Después de la gran cantidad de declaraciones dadas esta por las FARC y el Gobierno nacional, parece empezar a darse el camino para el posible acuerdo humanitario y porque no un proceso de paz, o al menos ese fue el ambiente que se creo en el país después de las últimas noticias sobre el tema.


Aunque el gobierno de turno se mostró desde su inicio renuente a la idea de buscar la paz a través del dialogo con las FARC ya que esa fue la fórmula que en gran medida le aseguro sus dos períodos, en los últimos meses después de la posesión ha venido madurándose la idea. Y no sería justo decir que el gobierno está siendo incoherente al cambiar tan drásticamente de opinión acerca de este punto tan neurálgico mas bien sería lo más justo afirmar que el señor Uribe entendió que apunta de bala no es posible lograr la paz aunque muchos colombianos todavía piensen lo mismo.


Y es de aplaudir que un gobierno que pensó que con el terrorismo se acababa el propio terrorismo, cambie de opinión y comience a entender que el dialogo puede servir para en un futuro alcanzar la paz. Porque lo que si es reprochable es que hayan señores que en sus campañas presidenciales digan que son capaces de lograr la paz en seis meses y que haya personas que piensen que un proceso de paz es la solución al problema de nuestro país.


Además es necesario advertir que el proceso de paz es solo una vía para el logro de ésta, pero no es la salvación como se quiere dar a entender, es necesario que tanto los ciudadanos como el Estado mismo tenga en cuenta esto para no crear falsas expectativas ni volver al caudillismo que tantos males nos ha causado. La política de paz tiene que ser una política de Estado y no una simple coyuntura que cambien con el transcurrir de los gobiernos, como ha venido sucediendo a lo largo de nuestra historia, es necesario avanzar en los social, en la educación, en la salud, en la vivienda, en la reducción del desempleo y en la erradicación de la pobreza, porque si lo que se pretende con el proceso con las FARC es una repartición del poder entre el gobierno y dicho grupo insurgente de seguro en menos que cante un gallo tendremos otro de esos grupos con otro nombre.


.Lo que se requiere para lograr la paz es atacar las causas que generan la violencia, y está bien que una de esas causas es la guerrilla, pero que hacemos con el narcotráfico, la miseria, la falta de oportunidades, la desigualdad, y un gobierno dominado por intereses del 1% de los señores empresario dueños del 90% de nuestro país. El gobierno debe tener en cuenta todos esos aspectos y mostrarlos en todas sus actuaciones incluso en las reformas tributarias y en la realización del presupuesto.


Por otro lado, analizando las condiciones que proponen las FARC para llegar a tan anhelado proceso podría concluirse que son demasiado exageradas, eso de pedir el despeje de los departamentos de Caquetá y Putumayo, la reclusión de las tropas en sus cuarteles y la discusión de una agenda que resucita la amplísima del Caguán, hasta incluir el TLC con Estados Unidos, es demasiado para un país que necesita respuestas y no revivir fantasmas. Por eso es necesario también que las FARC muestren voluntad de paz pero no solo al gobierno sino a todos los colombianos.

Pero lo más ilógico de todo es que el señor Presidente salga a dar vía libre a todo lo que pide las FARC, después de todo lo que ha predicado de éste tema y hasta haya una propuesta de un empresario de que se le den curules en el Congreso a éstos bandidos y eso tenga eco al interior del gobierno, esto si ya raya con la locura colectiva. Y además exista también una propuesta del señor Uribe para que se reforme la Constitución y se incluyan más delitos como excepciones a las inhabilidades y se permita a estos delincuentes llegar al Congreso y a los cargos de elección popular, yo no se si fue que a don Álvaro se le olvido el primer punto de su referendo que fue creo el único aprobado en tan sonado fracaso.


Esto parece más bien otra de esas maniobras de tipo uribistas que reviven el aforismo, “pan y circo para el pueblo”, mientras se toman las grandes decisiones y se apagan los escándalos de la Fiscalia, el proceso con los “paras” y los problemas en la institucionalidad de las fuerzas armadas, el gobierno arma una posibilidad de proceso que ilusiona a muchos y pone a hablar la opinión pública. Esperemos que esto no sea así, aunque este temas ya tiene muchos aspectos de manipulación.


Por último me parece sana la invitación que hace el ex parlamentario liberal, Rafael Pardo en su columna del diario el tiempo, a que el gobierno piense antes de entrar a negociar cuales son sus fines y los fines de las FARC y a nosotros los ciudadanos a que reflexionemos hasta donde estamos dispuestos a ceder para alcanzar la paz.



Por: David Díaz Cano (daviddiazcano@hotmail.com)
Estudiante de cuarto año de Derecho

SIN EDUCACIÓN NO HAY PARAISO





Es impresionante el éxito que pueden alcanzar series de televisión tan polémicas como “Sin tetas no hay paraíso”; y es que no puede ser de otra forma, ya que éstas tienen un impacto social trascendente e intentan entregar un mensaje al espectador y traer consigo un sinnúmero de enseñanzas. Aún más, cuando se trata de temas tan cruciales y delicados, como lo son la prostitución y el narcotráfico, y que son pan de cada día en una sociedad Colombiana que no encuentra oportunidades. Pero, ¿será que en realidad son convenientes este tipo de producciones televisivas? ¿Será que realmente el mensaje que se quiere emitir, es recibido de la manera adecuada?


Nuestro país, agobiado por la corrupción, principal dificultad de estas tierras tercermundistas; está plagado de problemas sociales, más aún cuando la educación y la salud han dejado de ser un derecho y se han convertido en un privilegio de unos pocos.
Teniendo en cuenta esta premisa, y asociándola con el tema de la televisión, es sensato preguntar, ¿será que ésta llega a personas lo suficientemente cultas e instruidas?, las cuales puedan asimilar de la manera correcta los mensajes y enseñanzas que en teoría debieren percibir; o en cambio existe una interpretación literal de los hechos que en determinados programas pueden exhibirse.


La respuesta sin duda es negativa. Hoy en día la televisión llega a todos los estratos sociales, y no existe forma alguna de restringir quiénes la pueden ver; mucho menos si se trata del control que los padres puedan tener sobre sus hijos menores. Es allí entonces donde se tergiversan y se desvían las enseñanzas que una serie como “Sin tetas no hay paraíso” puedan tener; debido a que ésta debería ser vista únicamente por personas adultas, y lo que es más importante, con un grado de educación mínimo como para entender, más que un mensaje explícito, el sinfín de mensajes implícitos existentes dentro de programas de televisión que trata temas tan delicados.


Aquí no acaba el problema. Debido al impacto social que trae consigo dicha serie de televisión, y gracias a esa gran cantidad de malas interpretaciones, ahora todo se deriva en el conflicto encontrado al todo esto convertirse en una moda. Y es este el punto cumbre donde las personas se olvidan del significado verdadero de las cosas. Hoy en día es fácil encontrar a una mujer llena de complejos al no tener grandes pechos. O quizá más de una estará pensando en que ha encontrado una forma más fácil de enriquecerse: otras pensaran en cambio en el éxito que podrían tener si tuviesen mejores atributos físicos; o aún más grave, cuántas no se hallaran al borde del suicidio.


Aunque suene trágica la situación y un poco escandalosa; es certero afirmar que no podría ser de otra manera, sobre todo cuando los mismos medios de comunicación se han encargado de difundir este tipo de pensamientos. Es increíble encontrar emisoras de radio y discotecas que tratando de ganar adeptos, y apoyados en esta estúpida moda, realizan concursos y rifas donde el premio es una cirugía estética. Ellos se han encargado de recrudecer las cosas y de disuadir el mensaje que en realidad tendría que llegar a las personas.


Es increíble que una serie de tales magnitudes y de tanta incidencia social, la cual debería ser tratada desde la total seriedad, cuente con una parodia propia donde se ridiculiza a ella misma, y con la cual se logra hacer olvidar los verdaderos problemas tratados en tan interesante obra literaria y el mensaje educativo que ésta trae implícito. Es aquí donde se muestra la manera equívoca e insensata como ha sido llevada a la televisión, así como la falta de seriedad y responsabilidad con la cual el mismo Canal Caracol ha tratado el tema; llevado por una patética avaricia y escudado justamente en la excusa de llevar a la sociedad una ilustración de los problemas que traen consigo la prostitución y el narcotráfico, y conseguir crear conciencia social. No les importó empezar a presentar dicha serie en horario familiar, y de crear la parodia antes nombrada; ¿acaso no asumieron un compromiso con el autor del libro y con la misma sociedad colombiana?


Será por eso que ésta es una obra literaria, a la cual acceden personas educadas y cultas; y grave error cometió su autor en vender sus derechos y en permitir tan perjudicial adaptación televisiva. El productor de dicha serie dice que su mayor anhelo es que por lo menos una de cada cinco mujeres que vean la serie, se den cuenta del mensaje allí mostrado. Yo diría que las otras cuatro, dicho en un lenguaje popular, “Se habrán comido el cuento” y estarán dispuestas a hacer parte del negocio de la prostitución.


Lastimosamente no se supo diseñar la forma de hacer llegar el mensaje a una sociedad atropellada por la violencia y el desempleo, y la cual en su mayoría, no cuenta con el nivel de educación suficiente para asimilar e interpretar correctamente este tipo de producciones de televisión, sobre todo teniendo en cuenta lo que están acostumbradas a ver.


Es preciso afirmar, sin educación no hay paraíso, si la tuviéramos allí viviríamos.


POR:MARIO ALEJANDRO ARANGO HERNANDEZ
Estudiante de 2º semestre de Ingeniería de Sistemas
U.T.P.
alejandroarango03@hotmail.com