Sin alejarnos de la filosofía, y sin pretender ser poseedores de supuestos categóricos absolutos, abordaremos hoy uno de los términos mas significativos desde el cual se sustenta, representa y enseña el conocimiento, la cultura, y todo a lo que a la humana existencia se refiere.
Hablo de lo que hablo y con lo que hablo.
Del Contenido de las Palabras.
La palabra constituye en primer modelo simple que cumple la función vital y primaria de respuesta a lo que se le denomina como “realidad”. Es decir a través de sonidos guturales simples el infante manifiesta sus estados emocionales utilizando sonidos que traen consigo un contenido comprendido naturalmente por sus padres. Sucesivamente con el acercamiento que el desarrollo y crecimiento trae naturalmente a la especie, las palabras de forma obligatoria (a excepción de los infantes con retrazo o enfermedad) comienzan a llenarse de contenido, dichos contenidos son explícitos o implícitos.
Adherimos a Kant en el sentido en que gran parte de la problemática en el vivir humano, lo constituyen las diferencias en la comprensión del lenguaje, lo anterior solo en el contexto de la filosofía crítica, puesto que es imposible hasta ahora determinar hasta que punto todos los sujetos perciben la “realidad material” de un forma diferente, y más complejo aún determinar hasta que punto, son diferencias sustanciales o meramente formales.
El cuestionamiento a dejar es; si los acuerdos logrados por la ciencia, son acuerdos de tipo material sustentados por la lógica, dados a conocer por medio de la dialéctica y percibidos a través de los sentidos. ¿Cómo hacer para que en el campo de acción de la cotidianidad humana, los supuestos acordados por la ciencia no se devalúen para evitar caer en la falsedad de los mensajes intercambiados a través del lenguaje?
Como respuesta de lo anterior adhiero a las respuestas dadas por uno de los amantes de las letras.
Lo primero es llamar a las cosas por su nombre; es un gran paso. En el caso de nuestro idioma poseemos palabras con hasta 22 opciones de sinónimos, los extranjerismos solo deben ser utilizados en el contexto del tema que se está tocando, no están proscritos, pero si, en la medida de lo posible, no deben ser utilizados, no son propios de nuestro idioma.
Para terminar con esta levísima exposición sobre el contenido de la palabra, es importante recordar que no hay que darle más significado a las cosas que el que verdaderamente tienen, aunque al referirme a las cosas “objetos”, no hablo de ellas en sí, puesto que son insondables y complejos objetos de conocimiento. O ¿Cuánto no podríamos discutir sobre el contenido de mesa, tabla, profesor, educador, instructor, café, sierra o diseño?
No, cuando hablo de no darle más significado a las cosas del que realmente poseen, me refiero a la palabra que nomina el objeto y no al objeto en sí.
Bueno damas y caballeros para terminar (ahora sí), supongo que todos en casa tenemos un pequeño Larousse o cualquier librillo que haga de sus veces, reconciliémonos con el, y por favor, MÁS RESPETO POR LA PALABRA.
A otra cosa.
LAS TÍLDES NO ESTÁN PROSCRITAS CUANDO SE ESCRIBEN LAS PALABRAS EN MAYÚSCULA.
Por: MARISELA KALPA
8 comentarios:
Me encanta como escribes Marisela.
Muy bueno el artículo, el tema es interesante.
A propósito del último párrafo, tildes no lleva tilde.
Escribes muy bien, es muy agradable poderte leer. Gracias por pertenecer a El Salmón
Corto, pero, sustancioso. Muy oportuno en esta temporada de rescate de la lengua, homenajes literarios y ferias de libros. Se nota que lees a Abel Méndez, ¿o me equivoco?.
Falto fotico...
el universo del loenguaje, de la lengua, el idioma, de las acepciones, los significados y las palabras es bastante amplio. las palabras y el poder que ejercen en determinados discursos dependen de aquel que las usa intelgentemente. Con las palabras se crean ficciones y se quisiera nombrar verdades. con ellas se dicen mentiras, se acaricia y se hiere, deoendiendo de que tan dueños seamos de ellas; lo anterior hizo decir alguna vez a Wiggestain, que "los limites de mi mundo son los límites de mi lenguaje", lo que en muchos casos tiene mucho de cierto, sobre todo cuando tal habilidad no se ejercita ni se ejerce, hoy el comùn de las personas no leen, y escriben aún, y hablan con sus mismas 500 palabras, sobre las mismas mentiras que creemos que son reales.
Las palabras no nos pertenecen, podemos usar las que se quieran,o más bien las que se puedan, -bien o mal-, pues ni siquiera el uso de cantidad es importante, sino la pertinencia de las pocas que se usen; son aprendidas, en la escritura, son prestadas, copiadas y muchas veces incomprendidas.
En nuestra lengua no existen vocablos puros, precisamente porque el español no lo es, al igual que nuestra composición genética y nuestra idiosoncrasia, una lengua de raises propias, de hecho el español es un accidente idiomático, qie contó con una framàtica en el mismo año del descubrimiento de america. Los estrangerismos no son màs que vocablos prestados de otras lenguas para precisar semánticamente fenomenos de la cotidianidad, hacen parte del hibrido del Español, al igual que los indigenismos, gracolatinismos, anglisismos y muchas otras formas de español, sobre todo el español en america, que entró en confrontación con un conjunto bastísimo de lenguas nativas de la américa precolombina, lo cual amplio su arcenal y bifurcó de nuevo la raíz sus significados, ydigo de nuevo por que el Español traído de España en la conquista estaba ya amalgamado de vocablos arabes, de dialentos gallegos, castisos, bascoz etc. y de formas cultas propios de los curas, quienes representaban la clase letrada de aquel entonces, y formas bajas, propias a los ex presidarios que participaron en la conquista de Améroca, ilusioandos con encontrar la tierra de El Dorado y convertirse en ricos, pues eso era lo que se rumoroba por esos días en España, que en las Indias la arena de sus playas de oro.
Afortunadamente por ahora los estrangerismos no suman una mayoría, pero son por estos tiempos, producto de modas foraneas, tendencias que impulsadas por el mercadeo tienden a crecer, y sobre todo a ocupar un lugar en llamado mundo que necesita menos de las palabras, pue éstas poco a poco entran en el desuso, ello lleva de inmediato a que seamos màs ignorantes.
gracias por el articulo, me hizo reflexionar un poco.
COMENTARIO.
El universo del lenguaje, de la lengua, el idioma, de las acepciones, los significados y las palabras es bastante amplio. Las palabras y el poder que ejercen en determinados discursos dependen de aquel que las usa inteligentemente. Con las palabras se crean ficciones y se quisiera nombrar verdades. Con ellas se dicen mentiras, se acaricia y se hiere, dependiendo de que tan dueños seamos de ellas; lo anterior hizo decir alguna vez a Wiggestain, que "los limites de mi mundo son los límites de mi lenguaje", lo que en muchos casos tiene mucho de cierto, sobre todo cuando tal habilidad no se ejercita ni se ejerce, hoy el común de las personas no leen, y escriben aún, y hablan con sus mismas 500 palabras, sobre las mismas mentiras que creemos que son reales.
Las palabras no nos pertenecen, podemos usar las que se quieran, o más bien las que se puedan, -bien o mal-, pues ni siquiera el uso de cantidad es importante, sino la pertinencia de las pocas que se usen; son aprendidas, en la escritura, son prestadas, copiadas y muchas veces incomprendidas.
En nuestra lengua no existen vocablos puros, precisamente porque el español no lo es, al igual que nuestra composición genética y nuestra idiosincrasia, una lengua de raíces propias, de hecho el español es un accidente idiomático, que contó con una gramática en el mismo año del descubrimiento de América. Los extranjerismos no son más que vocablos prestados de otras lenguas para precisar semánticamente fenómenos de la cotidianidad, hacen parte del hibrido del Español, al igual que los indigenismos, gracolatinismos, anglicismos y muchas otras formas de español, sobre todo el español en América, que entró en confrontación con un conjunto bastísimo de lenguas nativas de la América precolombina, lo cual amplio su arsenal y bifurcó de nuevo la raíz de sus significados, y digo de nuevo por que el Español traído de España en la conquista estaba ya amalgamado de vocablos árabes, de dialectos gallegos, castizos, vascos etc. y de formas cultas propios de los curas, quienes representaban la clase letrada de aquel entonces, y formas bajas, propias a los ex presidarios que participaron en la conquista de América, ilusionados con encontrar la tierra de El Dorado y convertirse en ricos, pues eso era lo que se rumoraba por esos días en España, que en las Indias la arena de sus playas de oro.
Afortunadamente por ahora los extranjerismos no suman una mayoría, pero son por estos tiempos, producto de modas foráneas, tendencias que impulsadas por el mercadeo tienden a crecer, y sobre todo a ocupar un lugar en llamado mundo que necesita menos de las palabras, pues éstas poco a poco entran en el desuso, en el olvido ello lleva de inmediato a que la especie sea un poco más ignorantes.
Continua escribiendo.
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