martes, octubre 31, 2006

HERAUT





Leyendo el Periódico El Tiempo del día domingo me encontré con una entrevista hecha al director de cine colombiano Felipe Aljure, que se encuentra próximo a estrenar su última película, “El Colombian Dream”. De todas las respuestas dadas por este señor, la que más me impacto y con la cual me sentí mas identificado fue la siguiente, “de 100 muertos que hay en el negocio (de las drogas), 99 son por el negocio y 1 por sobredosis. Si se legaliza, el problema se minimiza a un uno por ciento”. Aunque me es un poco difícil ratificar esa cifra exactamente como se propuso, si creo que es muy acertada.


La percepción que tengo acerca de las drogas y del problema que ésta genera en todo el mundo y en especial en Colombia, es que la política de prohibición ha fracaso totalmente desde el punto de vista de donde se mire, y que se requiere que se de auge a propuestas que en el pasado sonaron subversivas pero que están tomando fuerza en la actualidad, una de ellas es la legalización.


Escudriñando un poco los resultados de la prohibición del consumo y la venta de estupefacientes se encuentran los siguientes datos: aumento en el negocio del narcotráfico, lo cual genera muertes, corrupción, patrocinio a grupos terroristas como las FARC, la Autodefensas y el ELN, una economía sin fondo, y una crisis social y cultural totalmente “traquetizada” donde se han perdido los valores, además de un aumento increíble del consumo en todos los escalones de la sociedad.

Y es que la política de prohibición a funcionado a la inversa, no se si los que la plantean tienen buenas intenciones pero esto parece mas un negocio muy rentable que una política de Estado para luchar frontalmente con este flagelo.

Tampoco entiendo la diferencia de trato entre el alcohol, el cigarrillo y los estufecientes, los primeros dos son absolutamente legales y son los que sostienen la educación y la salud en este país, y producen tantos males como las drogas pero como no existe nada de coherencia en las políticas.

Además los que hablan en pos de la legalización argumentan que el consumo de drogas es un problema de salud pública y que la única forma de prevenirlo es prohibiendo el consumo, cosa que es totalmente falaz ya que éste se debe atacar de manera contraria, no prohibiendo sino haciendo una agresiva campaña de educación y no creyéndose el cuento de que si se dice después de cada propaganda de cerveza “el consumo de alcohol es perjudicial para la salud”, se esta acabando con el consumo.

Otro aspecto que es importante tratar aquí es la dosis personal. Aunque respeto al señor Carlos Gaviria Díaz, por ser un excelente jurista y hacer parte de mi ideología política no estoy de acuerdo con la argumentación hecha por éste en la sentencia sobre la dosis personal, básicamente por dos aspectos fundamentales: primero porque es totalmente incoherente que no se pueda producir la droga pero si consumirse, y segundo porque el problema del consumo no es un problema de libre desarrollo de la personalidad sino un problema de salud pública que el Estado está en obligación de prevenir pero no a través del catalogo de conductas punibles.


Otro ángulo del asunto es el problema social que genera la penalización de la droga. Es increíble ver personas que reportan más de cinco sentencias en firme porque portaban drogas en cantidades mínimas, y entran y salen de la cárcel como si fuera su hogar, mientras los grandes capos mantienen en los centros comerciales, construyendo casas lujosas y negociando el país con el gobierno. Ahi es donde uno se pregunta ¿Sirve de algo la penalización desde el punto de vista criminológico?



Para terminar quisiera invitar a los lectores a considerar esta posibilidad anteriormente propuesta por García Márquez y Savater, y a que apoyen el cine colombiano llenando los teatros donde se presente el colombian Dream.


Por: David Díaz Cano

miércoles, octubre 25, 2006

FLOTANDO

EL EFECTO ROBIN HOOD






Han cogido la cosa, y como dice el cronista, aquí en el país del sagrado corazón ya es prácticamente normal ver las cosas al revés, pero lo que en realidad me preocupa, más que la sorpresa, más que el efecto de ver la horrible realidad superar a la tibia y ya cada vez menos espeluznante ficción, es observar y hacerme a la idea de que la gente piense que cuando las cosas están patas arriba están en su estado natural.


Hoy más que la crítica, me mueve el deseo, y más que el deseo la necesidad de saber, si es que todos están locos, o si soy yo quien lo está, si todos están ciegos, y no queda por más decir que quieran estar ciegos, o si el que no logra aclarar la vista soy yo, y aunque un poco egoísta creo que esta empresa que emprendo, la han comenzado todos los que piensan, o que como yo han querido hacerlo después de salir de la caverna o como yo fisgonear un poco allí afuera y no ver esa platónica realidad de una belleza desbordante de primeras perfectas figuras que quisiéramos apreciar, sino encontrar las cosas bastante desordenadas, y un mundo ideal con daño de estomago.


A la altura de este párrafo se preguntaran, pero ¿Que quiere decir este remedo de escritor con efecto Robin hood?, y tendré que contestar que en la escasez de mi pluma no quise ir directo al punto pues quien leería una columna de un solo párrafo, pero como el preámbulo también agota, explicare lo que tan curioso título ha representado en mi mente, ya que graciosamente, y esto por no llorar, he percibido asombrado, como los bandidos de este país se han convertido en celebridades, además de una manera tan sutil que ganas en alguna ocasión no me han faltado de pedirles un autógrafo.


Pero recodemos un poco a este alegre personaje que alegra el título de este articulo con su famoso nombre, Robin (un nombre muy apropiado) robaba a los ricos para darle a los pobres, esto nos suena a todos no solo por conocer la historia, sino por haber vivido algo similar, donde roban a los pobres para darle a los ricos, pero igual el caso es que Robin, realidad o ficción ganó una fama colosal, con su magnánimo propósito, por el cual la gente le amaba.


Hoy en día alabamos a los señores Hood del presente, que roban, pero no solo roban, sino que matan, secuestran, trafican y muchas más, y no precisamente para darle a los pobres, definitivamente se nos embolató el concepto, el caso es que los colombianos nos acostumbramos a tener de santo al que consigue plata, y es muy común calificar de “berraco” al bellaco que a punta de engaños falsedades o lo que sea, vende su alma por una cadena de oro, o aquel que con violencia, fuerza, y dolo como diría la sabia ley, impone o busca sacar a flote sus ideas, y de igual forma en el mismo esfuerzo ganarse unos pesitos.

Solo para refrescar la memoria basta con recordar al señor Pablo Escobar, que con asesinatos, a bala, y a coca, inyectando veneno blanco acabo con tantos, para satisfacer sus ansias de dinero y de poder , y no deja de ser ídolo de esta nación, solo nos falta en este país ver el salón de la fama de los criminales y que les demos su premio, bueno igual eso ya esta pasando, con unos chicos estrellas conocidos como paramilitares que reinan hoy en día sobre grandes hectáreas de tierra, a lo mansión de Beverly Hills donde solían vivir nuestros olvidados desplazados, y por supuesto los grandes eventos, o a quien que sea alguien en este país no lo invitaron al la fiesta con bombos y platillos de la nueva estrella, y próximo prestante político el señor Salvatore Mancusso.


Mejor dicho tengamos cuidado con la creciente población de hombrecillos vestidos de verde que andan por este bosque, porque sino a este paso no estamos lejos de aplaudir y ver en la pantalla un protagónico de nuestra nueva gran estrella “don” Tiro fijo.


Por: Juan Alejandro Duque (jan_andro@hotmail.com)